Los antecedentes actuales señalan que el 20% de la población de 18 años y más se encuentra en situación de discapacidad en Chile. Si lo extrapolamos a sus alcances sociales, nos encontramos con que en el 35% de los hogares existe un integrante en dicha situación y sin ir más allá, hay círculos cercanos ligados, por lo que sin duda la discapacidad debiese estar como prioridad en las discusiones de nuestra sociedad.
Lamentablemente hoy nos encontramos con que la inclusión de personas en situación de discapacidad se produce bajo efectos de un marco regulatorio legal y voluntades que finalmente no reflejan una verdadera inclusión y menos la actitud de una sociedad desarrollada.
Al observar la realidad de las personas en situación de discapacidad, nos encontramos con una población con bajos niveles de escolaridad, una baja tasa de empleabilidad y -en gran medida- dependiendo de pensiones del Estado, generando un círculo vicioso en el tiempo y un índice de calidad de vida bajo.09
La explicación a ello, se basa en las condiciones del ser humano, donde este tiende a despegarse de los terrenos desconocidos, ajenos y en donde no cuenta con los mecanismos necesarios para realizar intervenciones fructíferas, que es finalmente lo que sucede entre los cruces de la sociedad actual y las personas en situación de discapacidad, provocando la que denominamos, discriminación no visible.
Una verdadera Inclusión tiene relación a que los actores de una sociedad se aporten y acompañen mutuamente, se complementen y finalmente establezcan mecanismos de apoyo para una construcción recíproca, lo que estableces las bases de una sociedad igualitaria y desarrollada.
La pregunta que realizamos y que por consiguiente debemos resolver, es ¿cómo avanzamos en el camino a la inclusión?
Estamos ubicados en un contexto histórico en donde la tecnología es un actor habitual y diario en nuestras vidas, prácticamente dependemos de esta para acometer actos diarios y constantemente estamos siendo atraídos por las nuevas innovaciones que surgen en el andar. Cuando hablamos de innovaciones tecnológicas, nos referimos a novedades que aporten y sumen valor a las necesidades u oportunidades existentes.
En los últimos años, en Chile y el mundo la incorporación de innovaciones tecnológicas para favorecer a las personas en situación de discapacidad, se encuentran provocando una ruptura en el esquema de la inclusión, es decir, la novedad y los nuevos inventos pasan a transformarse en un factor común para la sociedad, de manera transversal, del cual se depende cada vez más, provocando complementos de construcción positivos. Bajo esta premisa es que la tecnología está permitiendo y ha sido el canal ideal para que la sociedad conozca, entienda e interactúen con personas en situación de discapacidad.
En Red Apis, institución de alto impacto y líder en el desarrollo de tecnologías en favor de las personas en situación de discapacidad, apostamos y orientamos nuestros avances hacia el camino de la inclusión, a través de innovaciones tecnológicas que sin duda han provocado de manera clara y efectiva, mejoramiento en la calidad de vida de cientos de personas, aportando en su independencia y autonomía, sumando a ello un aporte fundamental al desarrollo del país, rompiendo con los círculos viciosos y lo que es más importante, mejorando el bienestar social y emocional de las personas en situación de discapacidad.
Red-Apis, columnista invitadoRed Apis es una organización chilena, líder en el desarrollo de tecnologías de alto impacto que permiten la inclusión de personas en situación de discapacidad y vulnerabilidad social. Actualmente, atiende a cientos de jóvenes en situación de discapacidad física, cognitiva y auditiva. En paralelo asesora a una serie de empresas privadas y organizaciones gubernamentales en acciones concretas y efectivas que permiten la inclusión. |