Pequeño Cottolengo cuenta con nuevo jardín terapéutico

El Pequeño Cottolengo inauguró el primer jardín terapéutico para niñas, niños y adultos con daño neurológico severo a principios de este mes. Se trata del jardín “Paz y Amor” ubicado al interior del pabellón del mismo nombre, en el que viven 45 pacientes en situación de dependencia y que ahora podrán interactuar y disfrutar de un área verde de Cottolengo.

Para revertir esa situación, las fundaciones Ilumina, Inspira y Cosmos más la misma institución beneficiada, se propusieron construir un jardín terapéutico con acceso universal para que todos los pacientes pudieran salir a conectarse con la naturaleza y beneficiarse de ella.

“Es maravilloso comprobar cómo las personas que trabajan en este hogar y nuestros residentes, en su mayoría postrados, están disfrutando del contacto con la naturaleza. Interactuar con ella y contemplarla ha creado un cálido clima de bienestar”, dijo al respecto el Padre Claudio Chávez, sacerdote del Pequeño Cottolengo de Santiago.

El nuevo jardín “Paz y Amor” es un espacio terapéutico divido en dos áreas –una interactiva y otra contemplativa- unidas por una terraza cerrada con grandes ventanales para que los pacientes gocen de la naturaleza, aun cuando el clima no les permita salir.

Los jardines terapéuticos tienen elementos para la estimulación de los sentidos de sus usuarios y usuarias, e infraestructura para interactuar con la naturaleza, como mesas de jardineo aptas para sillas de ruedas y áreas para descansar sobre el pasto. Esto permite a los y las residentes desarrollar habilidades físicas y explorar sus sensaciones, además de incrementar la confianza en sí mismos, la sensación de libertad y satisfacción. Y lo más importante, es que estos jardines tienen accesos universales.

“La idea es que ahora todos puedan salir a conectarse con la naturaleza y recibir los beneficios de sus colores, aromas, sonidos y formas. Esperamos que ejemplos como este sigan replicándose cada vez con más fuerza en Chile”, señaló Felipe Correa, arquitecto de Fundación Cosmos.

Cabe señalar que el diseño del jardín Paz y Amor se realizó en base a las necesidades y deseos expresados por los propios funcionarios y funcionarias del lugar, y a un diagnóstico clínico desarrollado por la Escuela de Psicología de la Universidad Católica siguiendo, además, los lineamientos internacionales para el diseño de este tipo de jardines.

“Estamos muy contentas de ver finalmente, cómo las inquietudes y sueños que recogimos entre quienes trabajan aquí quedaron reflejados en este jardín que no sólo cumple con aliviar el día a día de los pacientes, sino también de los propios funcionarios del Cottolengo”, dijo Doris Erlwein, directora ejecutiva de Fundación Inspira.

Está comprobado que la exposición a un área verde hace bien para la salud síquica y física de las personas, y contribuye significativamente a la rehabilitación de pacientes. Cada vez son más los estudios científicos que así lo demuestran y, por lo tanto, el desarrollo de jardines sanadores y terapéuticos en recintos médicos, es una tendencia creciente en todo el mundo.