Hasta dónde llega la intolerancia del Cardenal Medina

Sorpresa, por decir lo menos, fue mi reacción esta mañana cuando leí en Twitter las declaraciones del Cardenal Jorge Medina Estévez sobre las personas homosexuales y su odiosa comparación “con un niño que nace sin un brazo”.

De inmediato busqué la información completa y leí el extracto del reportaje que apareció hoy en Revistas Caras. Mi indignación fue mayor al conocer el párrafo completo, sobre todo por su falta de tolerancia con la comunidad homosexual y con las personas con discapacidad.

El Cardenal Medina discrimina. Ya conocíamos de sus pensamientos contrarios a la homosexualidad, pero ahora sabemos que mira a las personas con discapacidad con lástima y cree que vivir con una deficiencia física “es una desgracia”.

Es triste ver como alguien que pertenece a la Iglesia Católica piensa de esa manera, mientras existen muchas organizaciones ligadas a su misma religión que ayudan a personas con discapacidad y no tienen la tribuna ni los recursos necesarios para realizar su loable labor, como sí los tiene el Cardenal.

Personalmente convivo a diario una discapacidad física, pero esto nunca ha sido para mí una desgracia. He tenido problemas de salud complejos y mi familia a pasado por momentos difíciles, sin embargo siempre me ensañaron que mi vida no es una desgracia y que, sin importar lo que otros piensen, soy una persona como el resto.

Sé que el Cardenal Medina representa al ala más conservadora de la Iglesia Católica, pero lamentablemente también sé que representa a quienes tienen el poder allí. Por esto mismo, no dejaré de cree y confiar en los católicos que sí trabajan en pos de nuestra comunidad (con menos recursos, poder y atención mediática) y no les importar la condición sexual ni la discapacidad.